“Crea tu mapa corporal en el agua y corrige cualquier error técnico utilizando tu inteligencia corporal”
La primera vez que intente conseguir a través del método tradicional de enseñanza, que uno de mis alumnos corrigiera un movimiento técnico, me quedé un tanto conmocionado.
Es decir, por más que le explicaba el movimiento y la posición de la altura que tenía que alcanzar con su codo, para poder nadar de forma correcta en el estilo crol, el nadador, parecía entenderlo, pero, al ponerse a practicar, parecía no haber entendido nada, porque la forma y la altura de su codo, seguía siendo prácticamente la misma justo despues de haberle dado una larga y completa explicación sobre ese tema en cuestión.
Y aun poniendo todo mi empeño, en conseguir que realizara un cambio consciente de su posición y del movimiento de su codo en la fase aérea de la brazada, no conseguía hacerle mejorar.
Y este, fue solo el primero de muchos de mis “fracasos”…
Por más que leía libros de natación, por más que me intentaba explicar en cada clase, en cada entrenamiento, como había que realizar los movimientos para poder ir perfeccionándolos, me encontraba siempre con la misma situación;
Finalmente podía observar que solo en alguna ocasión, algunos de los nadadores o triatletas a los que entrenaba, conseguían hacer algo parecido a lo que estaba explicando, pero, cuando pasaban un par de días y volvía a entrenarles, podía ver con mucho desconcierto y claridad, que aquellos que parecían haber mejorado el movimiento que con tanta ilusión y entusiasmo les había explicado en la sesión anterior, volvian a nadar, cometiendo los mismos fallos que antes.
Es decir, ni yo estaba consiguiendo que mi trabajo se viese finalmente realizado, ni los nadadores y triatletas estaban consiguiendo mejorar su calidad de nado.
Y así pasaron los meses..
Y las mejoras, puedo garantizarte que no venían, solo mejoraron en lo referente a la resistencia o cierta capacidad para nadar un poco más rápido, pero a decir verdad, seguían siendo los mismos “nadadores ineficientes”, es decir, su estilo, su eficiencia, su calidad de nado, no podía verse ni sentirse.
Finalmente, y después de mucho tiempo sin saber porque con las herramientas que había aprendido, no era capaz de ayudar a mejorar a mis deportistas, me di cuenta de algo algo muy sencillo que no estaba enseñando en mis clases y que era una pieza fundamental, para poder conseguir cambios y transformaciones en la forma de nadar de mis nadadores y de mis triatletas.
Esa revelación llegó, al darme cuenta de un punto totalmente fundamental, algo que tiene que ver al 100% con el método que estaba utilizando para enseñar.
Es decir, me di cuenta de que estaba utilizando un destornillador, para intentar clavar un clavo.
Y por ende, tenía grandes dificultades para hacer mejorar a mis alumnos.
Para que lo puedas entender mejor, primero hagamos un pequeño análisis del método tradicional de enseñanza.
Si lo examinas, tal y como te he comentado en anteriores ocasiones, nos daremos cuenta de que ese método está diseñado desde una estructura con la que se intenta enseñar al alumno desde su niñez y se le va pasando por diferentes conceptos de perfeccionamiento y tecnificación hasta que llega a su edad adulta y decide competir.
Esto, hace que el concepto de “inteligencia corporal y mapa articular” del que voy a hablarte ahora, se desarrolle en estos deportistas que siguen este método desde la niñez, de forma innata a través de los años de formación y entrenamiento.
Por el contrario, en nadadores y triatletas que empiezan a nadar a edades más avanzadas, ese concepto tan importante de “inteligencia corporal y mapa articular” que se estimula de forma innata en las etapas de familiarización y perfeccionamiento comentadas anteriormente, no se de en este tipo de deportistas a los que yo entrenaba, porque llegan a la natación a edades avanzadas, sin experiencia previa y sin haber pasado por el método completo “tradicional”.
Por eso, por más que intentamos hacer que mejoren un movimiento o corregir una posición del cuerpo o extremidades, con el método tradicional, nos resulta muy difícil y aparatoso conseguirlo, tanto al nadador como al entrenador.
Siendo “normal”, que estos nadadores no consigan ningún tipo de perfeccionamento sustancial.
Por eso, me planteé estudiar e integrar en mi método Flow, el concepto de inteligencia corporal y crear el punto de focalización del el mapa “articular” en el agua, en el primero de los Drills, del curso Transforma Tu Estilo.
Porque si lo que tenía como objetivo, era poder transformar el estilo de los nadadores y triatletas que llegaban a mis clases, lo primero que necesitaba era estimular su cerebro y su sistema neurológico, para que pudieran tomar consciencia de ese mapa articular y ese concepto de inteligencia corporal, de forma eminentemente rápida y sencilla.
Con ello, empecé a conseguir que estos nadadores crearán un mapa corporal de sus articulaciones en el espacio, mientras realizaban un Drill, diseñado para mejorar el equilibrio.
Esto, expandia claramente su inteligencia corporal, porque sin tener que mirarse, ni observarse, mientras realizaban estos ejercicios, podrían crear el mapa corporal de sus articulaciones, con el que luego podíamos empezar a trabajar, corrigiendo posiciones, movimientos y acciones.
Ese, era el camino hacia la TRANSFORMACIÓN directa de los nadadores y triatletas, independientemente de su experiencia en natación.
Y gracias ese mapa articular y al estímulo directo de la inteligencia corporal del alumno, hoy por hoy, con el método Flow seguimos obteniendo mejoras totalmente increíbles, en la mentalidad del alumno, la eficiencia, calidad y la velocidad de nado, en tan solo unas horas de práctica.
Te cuento más sobre el mapa articular y la inteligencia corporal en este vídeo.
Venga, ya puedes empezar a practicar con la filosofía del Método Flow, enfócate en crear tu mapa articular y en estimular tu inteligencia corporal a través de este Drill.
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